
“El fútbol es una excusa para encontrarse con la gente”
Octubre 2000: Eduardo Sacheri no para de dar definiciones acerca de su  pasatiempo favorito: contar historias. “Escribir es observar. Y a mí me  gusta mucho más observar que hablar, por eso me resulta muy incómodo  estar haciendo una entrevista”, dice de entrada, y largando una de las  primeras carcajadas durante todo el reportaje. “Esperándolo a Tito” se  hizo popular en el programa Todo con afecto de Alejandro Apo en radio  Continental. De hecho, el conductor fue quien lo ayudó para que pudiese  editar su trabajo. Además, Apo no solo lee los cuentos en su espacio  radial sino que fue el encargado de escribir el prólogo del libro.  Sacheri vive en Ituzaingó, pero casi toda su existencia la desarrolló en  Castelar, ciudad que lo inspiró  para algunos de sus relatos más emotivos. En su obra, Eduardo parece  combinar con acierto su amor por el fútbol, su devoción por el encuentro  con sus amigos para jugar un partido y su necesidad por escribir.
-¿El libro es una confluencia de tus pasiones?
-Es probable que sí. Me dio una posibilidad muy fuerte de comunicarme  con gente que siente por el fútbol cosas parecidas a las que siento yo. A  mí, el fútbol me apasiona sobre todo jugarlo, a pesar de que nunca  jugué profesionalmente. A partir de los cuentos que comencé a divulgar,  noté que yo cuento una historia y a vos te pega. Y desde allí podemos  charlar, encontrarnos, o sentir algo parecido. Para mí, el fútbol es una  excusa, un medio, para encontrarte con otra gente con una pasión en  común y compartir cosas.
-Te gusta meterte en la parte humana del deporte… 
-No sé si fue un objetivo, pero se dio. Se dio y a lo mejor en los  cuentos el fútbol es un camino para ver otras cosas. Ninguno de estos  cuentos es un relato de jugadas o un relato deportivo puesto por  escritos.
-¿Hay otros valores? ¿La amistad por ejemplo? 
-Eso de “esperándolo a Tito” habla de confianza, espera, lealtad,  rivalidad entre los equipos. ¿Cómo se cierra el cuento? Con un jugador  que deja todo en el exterior y vuelve a su país. Es un cuento, no cabe  dudas, pero ¿y si hay una historia en serio? ¿Y si, por ejemplo,  Batistuta largaba todo y se venía a jugar a la pelota con los amigos a  Reconquista?
-¿Cuánto hay de autobiográfico en tu libro?
-Hay mucho más de ficción que de verdad, por esto de que yo no me  atrevería a contar mis cosas. Probablemente, porque serían menos  interesantes, y, por otro lado, no me animaría a que lo leyeran dos mil  personas. Los únicos autobiográficos son el de la canchita de la calle  Buchardo en Castelar; el que habla de Maradona sin nombrarlo; y el que  habla de mi viejo, hincha enfermizo de Independiente, vicio que también  padezco yo. Esto tiene que ver cuando yo era pibe y veíamos juntos los  partidos de la Copa Libertadores. Esos son los cuentos que más reflejan  lo mío. Pero siempre hay un personaje que reacciona como yo  reaccionaría, o como a mí me gustaría reaccionar.
-En tu proceso de escritura, ¿las ideas surgen solas o tenés que ponerte a buscarlas?
-Yo dejo que las ideas me salgan. Pero esto es así porque no le quiero  quitar a esto el carácter artesanal, de pasatiempo y de diversión que  tiene para mí. Entonces, cuánto más lo profesionalice, menos me va a  gustar. Más se aleja de mi objetivo inicial, que es ponerme a contar  cosas. Cuando se me ocurre una idea, la pienso y la tengo en la cabeza  por un tiempo hasta que creo que puede bajarse a papel. Hay cuentos que  puedo tenerlos en la cabeza dos, tres años. Solo los escribo cuando me  convence un arranque posible, un desarrollo y el remate del cuento. Hoy  tengo uno en la cabeza que está listo para escribir.
-¿Cómo llegaste a la Editorial? 
-Fui yo y no me dieron ni pelota. Le dije a Apo: “porque no llamás a la  Editorial”. Los llamó delante de mí y a la semana estuve en la  Editorial. Apo me dio una mano fenomenal. Esto fue una ayuda fenomenal  para mí. En la radio, le pedían que repitiera los cuentos que él leía en  su programa. Y lo bueno es que la gente los pedía por el contenido del  cuento y no por un nombre, como Cortazar, Soriano, Fontanarrosa. Y eso  es lo que más me gusta, porque no venía respaldado por un nombre, del  que yo aún carezco.
-¿Cuáles son tus otras metas? 
-Mis metas son muy permanentes, yo no creo demasiado en los puntos de  llega, me gustan más los caminos. Editar un libro es una meta, sí. Pero  mi meta ahora no es vender 50 mil ejemplares, sino hacer otro. Tener  hijos era una meta; ahora es educarlos, no tener más. Creo más en las  metas permanentes.
-¿Te considerás un escritor tradicional? ¿Con sus excentricidades y ramas artísticas? 
-Eso es algo que tenemos todos. El tema es encontrarlo y animarte. Toda  búsqueda que hacés en vos mismo te muestra cosas tuyas buenas y cosas  espantosas. Yo creo que lo único que te hace artista es esta osadía de  ir a buscar. No creo en la predisposición natural del artista.
La historia de la historia 
Sacheri está casado y tiene dos hijos. Es profesor y licenciado en  Historia, y enseña en el nivel secundario y universitario. En 1999, su  cuento “Me van a tener que disculpar” fue incluido en el trabajo  Jugados, publicado por Víctor Hugo Morales y su equipo de periodistas.  “Fui lector de toda la vida. Pero como escritor, comencé a escribir  cuando mi mujer quedó embarazada. Los síntomas que yo tenía pasaban por  el insomnio. Y la solución que encontré era levantarme, sentarme en la  computadora y escribir sobre algo. No se me daba escribir sobre mí. No  me nace porque soy un tipo muy tímido. Pero si inventaba algo, metía  cosas que te inquietan, te gustan”.
-¿Porque tu primer libro es de cuentos y no de historia, tu profesión? 
-Es cierto, sorprende. Hubo gente que me lo dijo. Pero yo estudio,  investigo para dar clases, y si también tuviera que escribir sobre  historia, ya sería mucho. Además, hacer una sola cosa es empobrecedor y  saturante. Por escribir, yo no dejaría de ir a jugar al fútbol los  sábados a la tarde.
Entrevista: Guillermo Langot.
El listado de sus obras:
Cuentos
- Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol (2000)
- Te conozco Mendizábal y otros cuentos (2001)
- Lo raro empezó después y otros cuentos (2003)
- Un viejo que se pone de pie y otros cuentos (2007)
- Los dueños del mundo (2012)
- La vida que pensamos (2013)
Novelas
- La pregunta de sus ojos (2005)
- Aráoz y la verdad (2008)
- Papeles en el viento (2011)
- Ser feliz era esto (2014)
- La noche de la Usina (2016)